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lunes, 29 de abril de 2013

Científicos llaman a retirar la basura espacial cuanto antes


Se debe actuar rápidamente para reducir la cantidad de basura espacial que orbita en torno a la Tierra y que podría contaminar ciertas órbitas dentro de unas décadas, abogaron expertos internacionales tras una reunión en Alemania este jueves.
Residuos de componentes de cohetes, viejos satélites, herramientas dejadas atrás por astronautas. Es lo que queda tras casi cinco mil lanzamientos desde que comenzó la era espacial y que bajo el efecto de dislocaciones e impacto en cadena no deja de multiplicarse. Desde 1978, la cantidad de basura espacial se ha triplicado, lo que aumenta el riesgo de colisiones, advierte el Director del Departamento de Basura Espacial de la Agencia Espacial Europea.
Actualmente, hay más de 23.000 fragmentos de basura de más de 10 centímetros -según estimaciones de la NASA o de la ESA la mayoría en órbitas bajas utilizadas por satélites de observación de la Tierra o por la Estación Espacial Internacional. En cuanto a los objetos de entre uno y diez centímetros, habría cientos de miles en el espacio. Aunque de apariencia inofensiva, estos fragmentos, lanzados a una velocidad promedio de 25.000 kilómetros por hora, pueden averiar un satélite, señalan los especialistas.
Las zonas más afectadas: las órbitas polares ubicadas entre 800 y 1.200 kilómetros de altura sobre la superficie terrestre, áreas donde se concentran varios satélites de observación. Si los lanzamientos continúan al ritmo actual y no se emprende ninguna acción para reducir la cantidad de residuos espaciales, el riesgo de coalición podría ser multiplicado por 25, de acuerdo a proyecciones de las agencias espaciales.
Peor aún, si actualmente se detuvieran por completo los lanzamientos, el número de objetos en el espacio seguiría aumentando por el simple juego del “efecto Kessler”. Para tratar este problema, es necesario colocar sistemáticamente los satélites desactivados en vías especiales, en donde terminarán desintegrándose en la alta atmósfera terrestre sin causar inconvenientes. Así mismo, hay que retirar del espacio los fragmentos grandes, 5 a 10 por año, con el fin de estabilizar la situación, recomiendan los expertos.
Para lograr este objetivo, la ESA junto a otras agencias espaciales estudian varias soluciones para desviar la trayectoria de los residuos a la atmósfera: brazos robóticos, pinzas gigantes, motores instalados en los residuos, arpones, redes de remolque o un armas para bombardean el objeto y cambiar así su curso.



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